Los abrazos encontrados
De padres a hijos y de hijos a padres
Tengo un hijo especial. No es porque sea su padre pero creo que será un hombre excepcional. Con sus nueve años, quiere ser Ingeniero de parque de atracciones o cura. ¡Que mezcla!. Lo cierto es que cada día me demuestra que tiene grandes dotes para estas dos grandes profesiones. Desde hace un tiempo, mi hijo de forma repentina e inesperada, me pide que lo abrace. No importa el lugar ni la hora. En el momento del abrazo, estalla en mí una frenética sensación de bienestar, trasladándome a un mundo propio de los parques de atracciones y de “amor” paterno.
Quizás,por la rutina, el trabajo , las preocupaciones y como no,por mi forma de ser, se me había olvidado esta demostración de amor tan sincera que debe tener un padre con su hijo. Lo cierto, es que llevaba varios años sin tener este hábito saludable. Y mi hijo, otra vez más me dio una lección de sentido común.
Entonces, decidí hacer lo mismo con mi padre. A él, lo veía algunos fines de semana cuando íbamos a verlo a su casa (no vivimos en la misma ciudad). Mi padre, en el ocaso de su vida y con todas las dolencias que se puede tener a su edad. En algunas ocasiones, me observaba con un sentimiento de emoción y de orgullo y con una voz quebradiza siempre me pedía que le diera un abrazo. Unos meses atrás cumplía con el rito sin saborear el momento. No lo hacía con mala intención, lo hacía, sin emoción. Pero, mi hijo me recordó el peso de un abrazo, lo que significa, lo que se demuestra y lo que se da: el amor con mayúscula de un padre hacia un hijo y viceversa. Y empecé a disfrutar del momento y a pensar que los abrazos de cariño detenían el tiempo y reconfortaban a mi padre, de la misma manera que lo hacía cuando lo recibía yo de mi hijo.
Hace dos meses que mi padre falleció. Hay momentos del día que atesoro sus recuerdos y siempre hay una situación o un objeto, donde puedo acordarme de él, cierro los ojos y …lo abrazo.
Y le doy gracias a Dios, que mi hijo descubrió en mí algo perdido y que pude sentirlo como padre y como hijo. Mi hijo me marcó un camino hacia mi padre a la búsqueda de un tesoro : los abrazos encontrados.
Hoy, en el día del padre, allá donde estés, un fuerte abrazo .
Nosotros éramos seis
Y ellos eran tres
Yo que era el más fuerte
Me fui para el más flojo
¡Maldita sea!
si no me lo quitan de en medio
¡Me saca los ojos!
Comentarios (9)
Jose Ramon
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Antonio Muriel
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paco alcantara
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Lourdes
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Juan v
Gracias por compartirlo
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Javier Alba
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Silvia
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Eva Vallejo
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pepe
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